Durante la pandemia vivimos la resurrección de mitos, algunos creados por los mismos planificadores, como el de los “depredadores del territorio” o el de un supuesto “cambio de modelo turístico”. Curiosamente, ninguno de los promotores de ese cambio ha sido capaz de definir exactamente el nuevo modelo que plantea ni cómo conseguirlo: algunos lo entienden como una mejora del modelo actual haciéndolo más sostenible (que no es en sí un modelo diferente, sino más bien una obligación de la realidad actual), pero la mayoría parece entenderlo, tal como lo exponen, como un modelo donde vendrían “la mitad de turistas y gastarían el doble”.

Dada la situación de desarrollo actual de Canarias (en estado avanzado de su ciclo de vida, en la “fase del post-estancamiento”), la reconversión de hoy para mañana a un modelo exclusivo para turistas de alto gasto es algo altamente utópico. Podría estar bien para un producto alternativo en el metaverso, pero nuestra realidad turística tenemos que gestionarla desde la realidad, con los pies en el suelo. El modelo turístico actual no se puede cambiar, pero sí se puede (y debe) mejorar, hacerlo más sostenible y diversificarlo para mayores poderes adquisitivos. Es decir, dada la imposibilidad de una diversificación significativa en los otros sectores económicos de Canarias, las vías de nuestra diversificación están dentro de lo que mejor sabemos hacer, el turismo (ver post: “Diversificación de la mano del turismo”).

La selección natural que viene

A los que piden insistentemente deshacerse de los turistas de un poder adquisitivo medio-bajo ya les avanzo que no hace falta que se esfuercen mucho en desarrollar nada, que ya la misma selección natural del mercado podría eliminar de un plumazo a gran parte de ese segmento a través de las imposiciones europeas que vienen próximamente a partir de 2024 y a la que se sumará la (probable) tasa turística canaria. El problema es que ese segmento que tanto parecemos denostar (como el denominado “turista-low-cost-británico”) tenga un peso mayor del que algunos piensan.

¿Han coincidido alguna vez, esperando algún vuelo interinsular, en la terminal de salida de uno de nuestros aeropuertos con gran cantidad de turistas británicos o alemanes esperando su vuelo de vuelta? Habrán notado que el perfil medio no es de millonarios, sino de un ciudadano “normal”. Justo a ese perfil lo definiría como nuestra “masa crítica” de visitantes y “meter un tijeretazo” en esa masa puede tener consecuencias impredecibles. La cuestión es ¿dónde estará la “línea de corte”?, es decir, ¿a cuánto de la masa crítica afectará? Dependerá de la cuantía de la suma de las imposiciones a la aviación y de la evolución económica en el mercado emisor (en la ITB 2023 un prestigioso economista alemán presagiaba para el 2024 “una sociedad alemana más pobre”).

Eso sí, en turismo confluyen muchas variables y todo cambio encierra oportunidades. Por ejemplo, esa “línea de corte” también se producirá en turistas de otros destinos de larga distancia, entre los que hay segmentos de mayor gasto y que podrían sustituir sus destinos habituales por Canarias. No obstante, ¿hemos renovado y preparado nuestros destinos para ese turista potencial, de manera que elija, por ejemplo, la Playa del Inglés? (ver post: “Playa del Inglés 2.0, ¿para cuándo?”) ¿Estamos anticipando la jugada?

No es el modelo en sí, es cómo gestionarlo

En definitiva, no es cuestión de cambiar el modelo turístico, sino de cambiar el modelo de cómo gestionar el turismo para afrontar los múltiples retos que ya están ahí: modernización de infraestructuras (incluidos ámbitos privados como los centros comerciales obsoletos), aplicación de una política sostenible de destino (ver p.ej. Turquía o Grecia), renovación de zonas turísticas, regulación del alquiler vacacional, gestión poblacional (“reto demográfico”), formación profesional dual competitiva, gestión de la residencialización en zonas turísticas, transformación de núcleos turísticos a “ciudades vacacionales”, etc. Casi nada…

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Artículos o noticias relacionadas:

“El turismo pospandemia se parece mucho al anterior: la redefinición del modelo prevista tras la crisis que no llegó”, Canariasahora.com, 18.03.2023.

Agradezco a Canariasahora haber contado con mi opinión en este artículo, aunque, en este caso, hago de “oveja negra” al final del artículo en desacuerdo con el titular del mismo.