Condicionantes de la competitividad turística grancanaria (4 de 5)
4ª parte: El escenario del declive en el post-estancamiento
Después de tratar las etapas de introducción, de adaptación, de crecimiento y de madurez turística de Gran Canaria la cuarta y quinta parte se centra en posibles escenarios en el post-estancamiento. Varios autores diferencian entre las siguientes alternativas en la etapa de madurez: el declive (cuando no se consigue un incremento o mantenimiento del número de turistas), la estabilización (como intento de mantener el número de visitantes) y el rejuvenecimiento (como intento de mantener o incrementar el número de visitantes haciendo cambios en el producto). A continuación se elaboran tres escenarios ficticios del futuro del destino, uno para cada una de las alternativas en la etapa de madurez.
El escenario del declive (visión pesimista)
Los datos del 2010, ya casi finalizando el tercer trimestre, indican una ligera recuperación del número de visitantes a Gran Canaria con relación al 2009. Para el 2011 ya se augura un aumento para las Islas Canarias entre 1 y 2 millones de visitantes. Progresivamente se empezará a disipar la crisis coyuntural, pero nos quedaría aún la otra crisis, a la que ésta solapaba durante los últimos dos años, la crisis de destino iniciada en el año 2000. Los efectos de la fase de madurez seguirían afectando de lleno a Gran Canaria. No olvidemos que hace diez años la isla llegó a tener 3,11 millones de visitantes extranjeros, que es aproximadamente medio millón más de los que presumiblemente tendrá en el 2010. Ante todo, la falta de una oferta de ocio complementario del destino, la falta de renovación de las infraestructuras turísticas de los núcleos antiguos y la antigüedad de las camas en estos núcleos podrían seguir mermando significativamente la capacidad para atraer visitantes. Se esquematiza la posible evolución de los cinco condicionantes de competitividad en este escenario del declive:
(1): La intervención administrativa en el declive: En este escenario la moratoria turística proseguiría e incluso, después de las elecciones autonómicas del 2011, podría recrudecerse al extremo definitivo del “ni una cama más”, para el cual ya no le queda mucho, según hemos podido ver en el balance de ley de Medidas Urgentes después de 15 meses de vigencia. El seguir aferrándose a la bandera de la moratoria, después de observar las actuales estadísticas de desempleo, haría desvanecer toda posibilidad de crecimiento económico y creación de puestos de trabajo reales, limitando ya la posibilidad de crear (o mantener) empleo a base de medidas “artificiales” como el empleo parcial según el “modelo alemán”, el contrato de formación,… Además, la perpetuación del inmovilismo aumentaría aún más la inseguridad jurídica para inversores potenciales. La reestructuración de la oferta alojativa hacia la demandada cama hotelera continuaría frenada y, con ello, la modernización de la oferta hotelera, así como la capacidad para desarrollar productos turísticos con alto grado de dependencia de la cama hotelera. Las situaciones oligopolísticas en algunos núcleos se reforzarían por la continuación del éxodo turístico hacia los núcleos emergentes, lo cual también reforzaría la posibilidad de perderse competitividad turística en estos nuevos núcleos a medio plazo si no se mantuvieran los conceptos y las instalaciones actualizadas.
(2): La renovación de las infraestructuras en el declive: En este escenario se continuaría sin poder iniciar ningún proyecto de rehabilitación de las infraestructuras de los núcleos turísticos antiguos. Esto impulsaría el éxodo del turismo hacia el sudoeste de la isla (o a otros destinos) y la reconversión de las camas turísticas a residenciales o de explotación clandestina. La reconversión de los núcleos antiguos a residencial terminaría por afectar también de lleno a las camas hoteleras situadas en dichos núcleos, que se ven situadas en un entorno residencial, posiblemente muchas de ellas podrían ser sacadas de los catálogos de TTOO sólo por su entorno. Otras podrían verse afectadas por una grave falta de rentabilidad y verse obligadas a salir del mercado con cierres totales o parciales. A esto se le sumaría una bajada de la estancia media del turista, al ir perdiéndose gradualmente segmentos importantes de estancias largas.
(3): La oferta de ocio complementario en el declive: En este escenario tampoco se consolidaría ninguna inversión en proyectos de ocio, principalmente por las trabas burocráticas interpuestas por la Administración. Esto condicionaría negativamente la creación de productos turísticos que necesitan de una oferta de ocio de destino. El ocio, sin embargo, se seguiría desarrollando dentro de los complejos hoteleros del sudoeste de la isla. Se podrían consolidar los “hoteles-destino” y los “núcleos-destino” en el sudoeste de la isla, establecimientos (o núcleos) los cuales ofrecen gastronomía, camas hoteleras modernas y una oferta de ocio combinado con el sol&playa sin tener que salir el turista del hotel o núcleo. Con ello, se acentuaría la enajenación del destino, lo cual aumentaría la fragilidad del producto turístico por su fácil reproducción.
(4): El desarrollo de productos turísticos en el declive: En este escenario, la continuación de la intervención administrativa y la continuación de la no-intervención en la rehabilitación de las infraestructuras condicionaría y limitaría claramente el desarrollo de nuevos productos turísticos. Productos como el turismo de congresos no podrían terminar de desarrollarse y otros como el medical-wellness apenas tendrían posibilidad de aparecer. Además, al no ofrecerse una oferta sólida de ocio complementario, quedarían como productos incompletos. Pocos productos alcanzarían el posicionamiento de tipología primaria o secundaria dentro de las preferencias vacacionales del turista, quedando la mayoría de los productos turísticos como factores complementarios al sol&playa, lo cual limita considerablemente el poder llegar a nuevos segmentos.
(5): La innovación en el declive: Como consecuencia del anterior apartado, también la innovación sufriría una clara limitación. Quedaría limitada a procesos individuales de rehabilitación de instalaciones o conceptos actuales. A nivel de destino la innovación de producto prácticamente quedaría anulada.
En este escenario (muy extremo) del declive podemos observar en relación a los tres condicionantes intervención administrativa, infraestructuras y ocio que el mantenimiento de la actual constelación de “sí-intervención” administrativa y “no-intervención” en infraestructuras podría conducir directamente a una situación de declive. Si, por el contrario, invertimos las áreas de intervención en “no-intervención” administrativa y “sí-intervención” en rehabilitación de infraestructuras llegaríamos a escenarios del post-estancamiento más optimistas, los cuales clasificamos como escenarios ficticios de estabilización y de rejuvenecimiento, y que se tratan en la quinta y última parte de este artículo.
Un artículo enteramente muy técnico que, lamentablemente no lo entenderán la mayoría de los que deben tomar cartas en el asunto, léase políticos y demás instituciones que, además no dejan que les aconsejen los que de esto saben , amén de los Técnicos.
En cuanto a la renovación de las infraestructuras turísticas, aquellas en las que tienen que tomarse decisiones por parte de Ayuntamientos, Cabildo, etc., que no le que quepa la menor duda que se volverá a “tropezar” una vez más en la misma piedra, es decir, en muchísimos casos no se hará nada, por que primarán los intereses particulares a los generales, “ayudando” a los amigos, como está ocurriendo ahora y en tiempos pasados que, por defender los intereses de algún “personaje o personajes” influyentes, no se aprueban los Planes Generales de Ordenación y, se paraliza todo, hasta mejor ocasión. Hay casos muy evidentes en la actualidad, sobre todo en el municipio de SBT; desembocando todo ésto, en convertir lo turístico en residencial.