¿Una hora más de sol por la tarde en invierno?
Con cada cambio de hora aparece últimamente una nueva propuesta de un posible horario alternativo que, supuestamente, sería más eficiente para Canarias. Recordemos que el pasado mes de septiembre, un mes antes del cambio al horario de invierno, el Ejecutivo canario propuso, para el caso de que España volviese al horario de Greenwich (=GMT+0), atrasar el horario de Canarias en otra hora (=ir al horario GMT-1) con el fin de mantener la hora de diferencia con la Península y, con ello, la promoción de los telediarios “una hora menos en Canarias”. En mi post «¿Otra hora menos en Canarias?» llegué a la conclusión de que dicho cambio podría perjudicar seriamente al Turismo (cambio de biorritmo importante, dos horas de diferencia con los principales mercados, etc.) y, además, suponer un aumento considerable del gasto energético.
Pues bien, la semana pasada, pocos días después del cambio al horario de verano, el Concejal de Turismo de San Bartolomé de Tirajana hizo la siguiente propuesta: no cambiar la hora durante todo el año, lo cual equivale a adoptar el horario GMT+1 en invierno y mantener el horario GMT+0 en verano (es decir, en invierno tendríamos el mismo horario de la Península y Europa Central, p.ej. Alemania, mientras que en verano mantendríamos la habitual hora menos que estos países y la Península, pues ellos seguirían cambiando sus horarios en marzo y octubre). En cuanto a la luz solar, ello supondría para Canarias trasladarla en invierno una hora hacia la tarde, que es precisamente en lo que el Concejal de Turismo basa las dos supuestas ventajas que él atribuye a esta medida:
1) un posible ahorro energético: «se consume más [horario actual] porque a las seis de la tarde ya tienes que encender la luz en miles de habitaciones y en los restaurantes, aumenta el gasto en todo lo que precise luz artificial» (Ramón Suárez, en maspalomasahora, 07.04.14)
2) una mayor posibilidad de disfrute turístico de la tarde: «aquí la industria no es por la mañana, sino por la tarde. Este no es un clima para recogerse a las 7 de la tarde, la gente está paseando a esa hora” (Ramón Suárez, en maspalomasahora, 07.04.14).
A pesar de sonar lógico, ¿es esto realmente así de simple? A continuación veremos con más detalle si estas dos supuestas ventajas son realmente irrefutables o si, por lo contrario, la cuestión es algo más compleja de lo que parece:
(1) ¿Una hora más de sol por la tarde ahorra energía en el cómputo global?
La propuesta en sí de un «horario plano», sin cambio de hora en marzo ni octubre, no es nueva. Hay varios economistas y asociaciones que la defienden con el argumento del ahorro energético por disponer de una hora más de luz por la tarde. A primera vista tiene su lógica, pues en invierno en el Archipiélago canario anochece sobre las 18:30 horas, produciéndose la puesta más temprana de sol a principios de diciembre 2013 a las 18:04, lo cual quiere decir que, p.ej. para las horas que restan de apertura de comercios, se emplea luz artificial, consumo que se vería reducido con una hora más de luz por la tarde (la puesta de sol más temprana sería a las 19:04).
Sin embargo, no debemos olvidar que en invierno el día es más corto, por lo que también hay que tener en cuenta los cambios que se producirían por la mañana. En invierno el sol sale en Canarias poco después de las 7 de la mañana, produciéndose la salida de sol más tardía a las 7:55 a principios de enero (dato 2014). Por tanto, con el hipotético traslado de una hora de luz solar hacia la tarde, en enero el sol saldría poco antes de las 9 de la mañana. Esto podría ser algo tarde, considerando que la mayoría de los horarios de oficina empiezan entre las 8:00 y 9:00 horas y la hostelería comienza incluso antes a dar sus servicios (el grueso de la plantilla empieza entre las 7:00 y las 8:30). Además, hay que tener en cuenta que en la hostelería los picos de consumo energético van supeditados al biorritmo de sus clientes, en invierno principalmente clientes mayores, que muestran un pico de afluencia al comienzo de los principales servicios (desayuno y cena).
Por tanto, podría darse el caso de que el supuesto ahorro energético que se produciría por la tarde fuese saldado por un plus coste durante las horas matinales. Al menos, con ello vemos que la tesis de un ahorro de energía no está clara y, en caso de haber un ahorro positivo, es de prever que no tendría grandes dimensiones. Veamos ahora las implicaciones para el turista:
(2) ¿El horario solar alteraría el biorritmo del turista?
En mi post de octubre sobre el cambio de horario distinguía entre tres horarios a los que busca adaptarse la persona: el biológico (el del organismo, es decir, el biorritmo personal), el solar (el que viene indicado por la luz solar) y el oficial (que, en el caso del turista, viene influido por el horario de su país origen). ¿Adaptaría el turista su biorritmo al nuevo horario solar?, es decir, ¿el turista «viviría el día» una hora más tarde? Tenemos una muestra de comportamiento en el cambio a la temporada de invierno que nos sugiere que no sería así. Veámoslo:
Si bien la temporada de invierno empieza oficialmente el uno de noviembre, coincidiendo con el cambio de hora, el cambio de cliente de invierno ya se produce pocas semanas antes, desde principios de octubre. El año pasado (2013) ya hemos podido notar en Gran Canaria un cambio de cliente a mitad del mes de septiembre, un poco antes que otros años, prevaleciendo ya el perfil habitual de invierno, el cliente jubilado. Por tanto, hemos tenido durante más de un mes (octubre) un perfil de cliente de invierno con el horario de verano. ¿Y cómo se ha notado este cambio de perfil en las horas de afluencia a los Restaurantes de los hoteles? En los desayunos se ha notado desde mitad de septiembre una afluencia más temprana, siendo la hora punta de este servicio entre las 8 y las 9 (cuando en pleno verano está entre las 9 y las 10), mientras en las cenas también se ha adelantado la afluencia al principio del horario de cena (las 18:30). Tanto fue la afluencia temprana (con largas colas a las aperturas del restaurante) que la mayoría de los hoteles de Gran Canaria adelantaron su horario de cena a finales de septiembre al horario de apertura de invierno, las 18:00 horas, sin esperar al cambio de hora oficial de final de octubre.
Es decir, que los servicios se han adaptado a los horarios biológicos de los clientes, que muestran un biorritmo constante y “tempranero”. Nótese que, incluso disponiendo de sol en octubre hasta las 19:30 horas, el cliente mayor, en su amplia mayoría, opta por el horario de cena de las seis de la tarde/noche, en algunos casos incluso antes. Es decir, que la hora más de sol no es aprovechada por este perfil de turista de invierno, que es muy diferente al perfil de verano. Con ello vemos que el actual horario de invierno (=GMT+0) se adapta mejor al horario biológico (biorritmo) del turista mayor que un posible horario dilatado en una hora (=GMT+1).
No obstante, a estas conclusiones derivadas de comportamientos reales habría que añadirle posibles distorsiones por igualarse los dos horarios oficiales, es decir, el horario local canario y el del cliente (en el caso de los mercados de Europa Central, como Alemania). Recordemos que el horario oficial tiene su importancia, pues el turista sigue aquí los medios de su país (noticias, retransmisiones deportivas, etc.). En el hipotético caso de igualarse los horarios en invierno el inicio de dichas programaciones televisivas se produciría en Canarias una hora más tarde que ahora (p.ej. los partidos de Champions comenzarían a las 20:45 y el «prime-time» alemán comenzaría a las 20:15), lo cual podría influir en un retraso del biorritmo del turista (p.ej. cenar algo más tarde), pero esto es una incógnita, pues no hay datos reales que avalen este cambio de comportamiento.
En este contexto del horario oficial, es necesario salir brevemente del ámbito puramente turístico y mencionar también los posibles efectos en el biorritmo de la población residente:
(3) ¿Qué efectos tendría una hora más de sol por la tarde en el biorritmo del residente?
Los críticos de los cambios de horarios suelen argumentar que éstos suponen «trastornos» y «una agresión al organismo» (ver p.ej. Ecologistas en Acción). Sin embargo, la propuesta de adoptar en Canarias durante el invierno el horario GMT+1 podría resultar mucho más agresiva para el biorritmo del residente local, pues nótese que, mientras la Península mantendría su atraso de una hora a finales de octubre, Canarias no cambiaría la hora, por lo que la hora se igualaría a la de la Península y los residentes canarios tendrían que adaptarse (sólo en invierno) a nuevos horarios de las programaciones televisivas (los telediarios empezarían a las 15:00 y las 21.00, las series o películas del «prime-time» pasarían a las 22:30, etc.). Es decir, que Canarias estaría dando el paso contrario al que aconsejó la Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios a la Península el pasado mes de septiembre, que proponía adoptar el horario GMT+0 (¡nuestro horario canario actual!) y adelantar los «prime-time» (horarios de máxima audiencia) para poder conciliar mejor la vida familiar y aumentar el tiempo de sueño (donde España está por debajo de la media europea). En este sentido, la propuesta del Concejal de San Bartolomé de Tirajana tiene visos de ser incompatible con el biorritmo del residente (a menos que el «horario plano» se introdujese a nivel nacional).
Conclusiones
1) El supuesto ahorro energético que se produciría por la tarde, en el caso de efectuarse el cambio, es muy probable que fuese saldado por un plus coste energético durante la mañana.
2) El nuevo horario solar no es previsible que altere por sí solo el biorritmo del turista de invierno (deducido del comportamiento de este cliente durante el mes de octubre, que no aprovecha la hora más de sol cuando aún tenemos el horario de verano), lo cual haría turísticamente ineficaz este cambio de horario.
3) Para el residente canario el horario GMT+1 sólo en invierno tiene claros visos de ser incompatible con la adaptación de biorritmo (a menos que se efectúe el cambio en toda España).
Todo ello apunta a que las ventajas atribuidas al cambio al horario GMT+1 en invierno son discutibles y podrían ser, cuando menos, saldadas por otras desventajas. Como conclusión final de los dos posts sobre propuestas de horarios alternativos, considero el horario tal como está establecido en la actualidad (=GMT+0) como el ideal para el Turismo en Canarias. Y como se suele decir en la hostelería: «con todo lo que no funciona y hay que arreglar, lo que sí está funcionando no lo toques».
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Post relacionado en este blog:
“¿Otra hora menos en Canarias?», octubre 2013
…Todo ello apunta a que podrían existir algunas desventajas en adoptar el horario GMT-1, las cuales podrían superar ampliamente la ventaja de la promoción gratuita del “una hora menos en Canarias” en los telediarios nacionales. Quizás haya que estudiar con detalle los pros y contras de este tipo de propuestas antes de lanzar precipitadamente, y con fines evidentemente populistas, estrategias que podrían perjudicar seriamente al turismo y a la actividad económica en Canarias.
Noticias y artículos relacionados:
“El horario de invierno perjudica al Turismo», declaraciones de Ramón Suárez en maspalomasahora.com, 07.04.2014.
«Cambio de hora: ¿realmente se ahorra energía?», en cincodias.com, 19.03.2014.
«Rivero, contrario a perder el «una hora menos en Canarias» por consecuencias económicas y de promoción», en diariodeavisos.com, 21.09.2013.
«Una hora menos para siempre», en laopinion.es, 22.09.2013.
«Franco desfasó el horario español para sintonizar con los nazis», en 02.04.2013.
«Ecologistas en Acción cuestiona el ahorro energético del cambio de hora», en europapress.es, 30.10.2010.
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