Turismo de masas, turismo masivo y su (no-)gestión
Agradezco al Prof. Jafar Jafari y al Prof. Harald Pechlaner la invitación al webinario «Sobreturismo: ¿la gente está protestando en contra o a favor del turismo?» del pasado 8 de febrero. Ha sido un placer poder participar en esta edición de la serie de webinarios sobre el overtourism, junto con Eva Erdmenger, Jakob Hillebrand, Katrin Stürzer y y el Prof. Carmelo León, moderado por Harald Pechlaner.
El webinario se puede ver íntegro en este enlace: https://www.youtube.com/watch?v=2YXECgHhlts
A continuación comparto cuatro reflexiones y diapositivas extraídas de mi breve intervención (que va desde minuto 50:40 hasta 1:01:00):
(1) Turismo de masas versus turismo masivo, ¿cuál es la diferencia?
Últimamente se mezclan estos términos, aparentando ser sinónimos cuando no lo son. Sus efectos externos incluso son contrarios: el turismo de masas no es necesariamente negativo, sino básicamente positivo, mientras que el turismo masivo es, obviamente, negativo.
El turismo de masas se refiere a un modelo turístico diseñado en forma de industria para una distribución a gran escala. El turismo de masas alude simplemente a que es un turismo accesible a varias capas de segmentos de poder adquisitivo de la sociedad («democratización del turismo») en contraposición a modelos de turismo más exclusivos sólo para determinados segmentos. En Canarias, las modelos de las cuatro islas más grandes están basados en el turismo de masas, tanto que funciona como motor del sistema económico (casi 90% de los empleos dependen del turismo).

Bien gestionado, el turismo de masas es altamente positivo para la sociedad y permite desarrollos como los que ha experimentado la sociedad canaria desde su entrada en el mercado turístico de masas (finales de los años 60, en el caso de las islas mayores, potenciado por los TTOO). De hecho, el progreso de la sociedad canaria se debe al modelo de turismo de masas. ¿El turismo de masas es sostenible? Sí, tiene que serlo. En caso contrario, cuando no es gestionado con vistas a la sostenibilidad económica, social y ecológica, el turismo de masas se hace insostenible y se convierte en masivo.
El turismo masivo (sobreturismo/ overtourism) alude a efectos negativos por una incorrecta gestión del modelo turístico. ¿Y cuándo pasamos de un turismo de masas sostenible a un «turismo de masas masivo«? Pues cuando alguna de las capacidades de carga turística de un destino (ecológica, perceptual&psicológica, infraestructural, social, económica) muestra síntomas de saturación, como puede ser la capacidad de carga perceptual cuando el turista percibe saturación de espacios (ejemplo: Dubrovnik 2015), o la capacidad de carga social cuando el residente se encuentra ante una escasez de viviendas (ejemplo: Canarias, en la actualidad).
(2) Canarias: ¿a qué tipo de «sobreturismo» nos enfrentamos?
Si bien ya es un término que se maneja desde los años 80 (aunque asociado sólo a la capacidad de carga ecológica), desde 2015 ha cogido fuerza en destinos como Venecia, estando afectada, principalmente, la capacidad de carga psicológica (turista) y social (residente) por saturaciones de espacios turísticos. En ese momento fue un problema de destinos urbanos (ver post en este blog), mientras que en los destinos de sol&playa el fenómeno se manifestaría en la fase post-pandemia, aunque de forma diferente.
En el caso de Canarias, se produjo una «tormenta perfecta»: aumento progresivo de visitantes con cifras récord en 2024; aumento anárquico del alquiler vacacional; mayores saturaciones en infraestructuras por mayor movilidad en vías (dada la mayor contratación del sector turístico y la gentrificación); inflación de doble dígito en cesta de compras y la vivienda (lo cual redujo el poder adquisitivo). La problemática central se centra en el acceso a la vivienda, así como en infraestructuras viales saturadas.
Nótese que ambas cuestiones no surgen de un día para otro, sino se van incubando durante varios años, en este caso a través de la falta de gestión. Es decir, las expresiones de sobreturismo son resultado de una falta acumulada de gestión del turismo, en concreto de no desarrollar las infraestructuras vitales, de no promover la construcción de viviendas durante décadas, a la vez que permitir el crecimiento del alquiler vacacional de forma descontrolada sin ningún tipo de regulación limitante, agudizado por factores como la inseguridad derivada de ley nacional de vivienda «pro-okupa» y la creciente compra de viviendas en Canarias por extranjeros no residentes.
(3) ¿La protesta se dirige contra el turismo?
El eslogan «Canarias tiene un límite» apela a un hartazgo general por cuestiones muy diferentes, de lo cual resultó una impugnación total del modelo socio-económico canario. Era la primera vez, pues las protestas desde los años 60 siempre habían tenido un fin concreto (p.ej. protesta del petróleo). Además, el movimiento, cuyo núcleo es ecologista, logró socializar cuestiones ecológicas y politizar la problemática (desde el primer momento expandió a la política), así como vincular los problemas medioambientales con problemas democráticos («reparto de riqueza»). [J.M. Brito, 2024]
En consecuencia, una parte de la sociedad se sintió identificada con algunas de las reivindicaciones (ver las 10 problemáticas en el decálogo de Ben Magec del 20-O) y se unió a la primera protesta del 20 de abril, principalmente por las problemáticas de la vivienda y la saturación de infraestructuras viales. A esta primera protesta acudieron, según fuentes oficiales, unas 56.000 personas en Canarias.
Volviendo al título del webinar, ¿protestan contra el turismo? Principalmente, no. En el núcleo duro ecologista sí puede haber grupos anti-turismo (por ejemplo, quienes mantenían el cartel de «jediondos» en la foto en la Playa de Troya o los carteles de «Tourists go home», o quienes se enfrentaban verbalmente con peinetas a los turistas en Meloneras en el 20-O). No obstante, la protesta de la mayoría de los manifestantes no protestaba contra el turismo en sí, sino contra cómo ha sido gestionado el turismo, lo cual se pudo ver en la reivindicación frecuente sobre la regulación del alquiler vacacional. Más que contra los turistas, fue una protesta contra los gestores del turismo.
(4) ¿Qué ha pasado entre el 20 de abril y el 20 de octubre?
Pues básicamente nada. En cuanto a la reivindicación principal, la vivienda, obviamente no puede ser solucionada en pocos meses. El haber llegado a la emergencia habitacional se debe a dos cuestiones principales: por un lado, la falta de construcción de vivienda nueva (apenas entran viviendas nuevas) y, por otro lado, la expansión anárquica del alquiler vacacional (se restan viviendas de las existentes). En el primer caso, obtener una licencia puede durar 3 años y luego construir otros 2 años. En el segundo caso, ya en abril del 2024 la Ley de Vivienda Vacacional llevaba más de 6 meses tramitándose por la Consejería de Turismo y es de prever que se apruebe definitivamente en marzo del 2025, aunque habrá que esperar otros 5-10 años se pueda ver sus efectos estabilizadores de la actual anarquía turístico-vacacional. En este ámbito de vivienda, por tanto, no se podía esperar una mejora visible en 6 meses.

Por otro lado, entre el 20-A y el 20-O en la política hubo algunas reacciones desesperadas, intentando lograr algún titular popular a corto plazo, por ejemplo a través de un impuesto turístico de pernoctación, aunque sea camuflado de tasa turística, o alentando el debate sobre una ley de residencia, sin darse cuenta de que con ello han impulsado más aún la demanda inmobiliaria de extranjeros no-residentes.
¿Y qué ha pasado con los manifestantes en los meses entre el 20-A y el 20-O? Dado el éxito de la primera protesta, tuvieron una gran oportunidad para organizarse y consolidarse con un proyecto coherente a largo plazo. No fue el caso. Se mostraron incapaces de construir un proyecto estable y coordinar los grupos heterogéneos que conformaron la protesta. Posiblemente ahí, junto con el traslado de la protesta a la misma puerta del turista, radiquen las causas principales de la bajada de participantes a unos 10.000 en el 20-O. Probablemente, este movimiento haya tenido un principio (20-A) y un final (20-O), limitándose las protestas posteriores (y las futuras) a acciones aisladas anti-turismo o actos vandálicos que no cuentan con la aprobación de la sociedad a la que pretenden representar. Ello no quita que exista una demanda patente de la sociedad por una gestión sostenible del turismo y de la evolución poblacional, de crear un nuevo marco para el desarrollo del turismo de masas, sin que sea masivo. Es decir, por un modelo de turismo de masas sostenible y no-masivo.
—————————————————-
Nota: Este post está centrado en las causas de los síntomas del overtourism en el ejemplo de Canarias. Próximamente, el 5 de marzo, en la ITB de Berlín tendré el placer de participar en una mesa de debate centrada en propuestas de soluciones del overtourism enfocadas hacia una gestión sostenible del turismo y a un nuevo marco para el turismo de masas.
No comments yet... Be the first to leave a reply!