La limitación del turismo y el ‘efecto Colau’
La nueva alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, posiblemente no contaba con una repercusión nacional de semejante calado al decretar una moratoria turística para la ciudad condal. Además de las consecuencias locales (ver más abajo), resultó sorprendente que a los pocos días el recién nombrado Presidente de Canarias se manifestara a favor de limitar el número de turistas en Canarias (contradiciendo sus propios discursos liberales de campaña electoral), seguido por el, también nuevo en el cargo, Vicepresidente y Conseller de Turismo de Baleares, quien no descartaría seguir el camino anunciado por el Presidente canario (ver entrevista a Fernando Clavijo en El País, 11.07; ver declaraciones de Biel Barceló en hosteltur.com, 13.07).
Paradójicamente, estamos viviendo el proceso al revés de la lógica natural: no deberían ser ni Canarias ni Baleares quienes sigan (o recrudezcan) el intervencionismo catalán, dada la larga experiencia de ambos archipiélagos con moratorias turísticas (en el caso de Canarias 14 años y medio; en Baleares más aún). Sería más bien la nueva alcaldesa de Barcelona quien debería haberse valido de la experiencia nacional como, por ejemplo, de las graves consecuencias distorsionadoras que tuvo (y sigue teniendo) la moratoria turística canaria en la economía del Archipiélago; veamos qué repercusiones puede tener la moratoria barcelonesa en su economía local basándonos en la experiencia canaria de casi 15 años de prohibición del crecimiento:
Moratoria canaria vs. barcelonesa: paralelismos y diferencias
1) Fundamentos
Ambas moratorias presentan diferencias en sus argumentos causales, como hacen prever sus modelos turísticos (ciudad con turismo urbano vs. islas con sol&playa):
La moratoria barcelonesa se sostiene en una presunta molestia para el residente causado por las masas de turistas. Probablemente la mayor parte de este sentimiento de saturación provenga de lo ocurrido en años pasados en el barrio de la Barceloneta, donde el alquiler vacacional ilegal había causado graves molestias a vecinos residenciales. En tal caso, la alcaldesa habría aplicado una regulación drástica de forma general a todo el sector alojativo, cuando el origen del presunto problema podría estar sólo en una modalidad del mismo (recordemos que Barcelona ya dispone de una moratoria para viviendas vacacionales desde el 2014). Si bien las molestias por alquiler de viviendas para disfrute turístico en zonas residenciales son evidentes, la congestión turística zonal es una cuestión altamente subjetiva, pues hay muchos destinos con menor congestión que Barcelona (=10M de visitantes en sus 102 km2), pero también los hay con mayor congestión y no han emprendido por ello acción limitadora alguna (como, por ejemplo, Manhattan con 60M de visitantes sobre una superficie de 59km2; ver artículo de Fernando Gallardo «Una moratoria turística arbitraria en Barcelona»).
En el caso de Canarias, los primeros decretos de moratoria (enero 2001) no tuvieron un trasfondo popular como en Barcelona, sino que se fraguó desde la política y el empresariado, pretendiendo delimitar el incremento de población de las Islas y contener el crecimiento alojativo con el fin de garantizar así la “sostenibilidad” y la competitividad turística de la oferta existente. Sin embargo, se lograron los efectos exactamente contrarios, como veremos en el siguiente apartado:
2) Efectos sobre las licencias en trámite
Colau decreta la moratoria rápidamente al llegar al poder, de forma que todas las licencias que estaban en trámite de aprobación quedan suspendidas. Estas suman un total de 25 proyectos, que en su mayor parte corresponden a cambios de uso de edificios ya existentes o la conversión en hoteles de fincas en mal estado (ver lavanguardia.com. 08.07.15), entre ellos dos proyectos de gran prestigio: la conversión de la Torre Agbar en un hotel de lujo de la cadena Hyatt y la transformación del edificio del Deutsche Bank en un hotel de gran lujo de la cadena Four Seasons. A estos proyectos, muy probablemente, les corresponda un derecho indemnizatorio por las gestiones ya tramitadas. A ello se suma el derecho indemnizatorio de otras parcelas con clasificación hotelera (pero aún sin licencia) por anulación de sus derechos urbanísticos. Es decir, que es previsible que en los próximos años el Consistorio barcelonés tenga que hacer frente a numerosas indemnizaciones.
En Canarias esto fue diferente. Cuando se decretó la moratoria hubo tiempo sobrado para que las licencias en trámite se consolidaran, pues los dos primeros decretos de moratoria (2001) presentaron tales defectos formales que fueron anulados por los tribunales, dando tiempo a nuevas concesiones (en algunos casos, envueltos en corrupción urbanística) antes de que se aprobara definitivamente la primera Ley de moratoria canaria (2003). Es decir, que la misma moratoria aceleró la concesión de licencias de camas con el fin de evadir la prohibición que se iba a producir, justo lo que se pretendía evitar. Lo mismo ocurrió con la ejecución de las obras: como se ejecutaron prácticamente todas las licencias aún vigentes entre el 2001 y el 2007, Canarias precisó mano de obra exterior y registró el mayor incremento poblacional de su historia en tan poco tiempo, justamente lo que se pretendía evitar. La petición indemnizatoria posterior provino de parcelas con clasificación hotelera (planes parciales aprobados que no habían tramitado su licencia) por “expropiación de sus derechos urbanísticos” y superó los 1500M, siendo ratificada en primera instancia por el TSJC, pero posteriormente rechazada, para la mayoría de los demandantes, por el Tribunal Supremo en 2011-12, de forma que, sorprendentemente, el coste indemnizatorio de esta moratoria fue mínimo para el Ejecutivo. El coste económico y social, sin embargo, fue muy alto, como indican los siguientes tres apartados:
3) Inseguridad jurídica
Una intervención tan severa en el mercado provoca desconfianza de los inversores y retrasa o ahuyenta inversiones. Es lo que ha ocurrido en Canarias, donde además de la moratoria existe una compleja maraña burocrática que desalienta toda iniciativa empresarial, y es lo que se prevé que ocurra en Barcelona, donde el Presidente de la patronal Exceltur ha advertido de que esta medida crea inseguridad jurídica y puede llevar a la ciudad a un “destino proscrito por los inversores”. En efecto, Canarias hace tiempo que lo es.
4) Proteccionismo y oligopolios artificiales
Hay quien dice que el empresariado está siempre a favor del liberalismo económico y de poco intervencionismo. Ello no es correcto; el empresario que ya ha materializado su proyecto aplaude la intervención, cuanta más mejor, pues supone una limitación de competencia para su negocio. De hecho, en Canarias desde su inicio en el 2001 la moratoria turística fue apoyada por todas las patronales turísticas (hasta el 2012, año en que la patronal de Gran Canaria cambió de postura, mientras que la de Tenerife aún sigue defendiendo férreamente la moratoria). Este proteccionismo tuvo como consecuencia la creación de ofertas oligopolísticas debido a la menor presión competitiva local y derivando, en varios casos, en una menor calidad ofertada (menos rehabilitaciones, etc.). Además, ha conllevado una significante distorsión del mercado de oferta canario, cuando la oferta no pudo adaptarse a la evolución de las demandas del mercado (p.ej. la cama hotelera de 4 estrellas, en el caso de Gran Canaria).
En Barcelona vemos más de lo mismo. Es conocido que la ciudad tiene poca oferta de hoteles de gran lujo, sólo cinco hoteles, los “big five” (Arts, Mandarin, Vera, Claris y Juan Carlos I), cuyos propietarios “se frotan las manos con la moratoria de Colau” (en 02b.com, 06.07.15), pues alguno incluso planea duplicar sus precios hasta el 2020. Por ejemplo, el Mandarin Oriental, ante la eliminación de futura competencia (como el citado proyecto de Four Seasons en el edificio del Deutsche Bank), planea buscar la paridad de precio con sus hoteles en Londres y Paris, donde la tarifa ronda los 900euros (en Barcelona está ahora en 500euros). En definitiva: proteccionismo, oligopolios artificiales y distorsión del mercado alojativo.
5) Desempleo
Cualquier paralización de inversiones y creación de inseguridad jurídica repercute negativamente en el empleo turístico. En Barcelona se estiman en 5.000 empleos directos e indirectos los que iban asociados a los hoteles cuya tramitación de licencia ha sido suspendida. A ello se suman las inversiones que huyen de la inseguridad, cuya cifra de empleos potenciales es difícil de cuantificar, tal como lo es calcular los empleos que se han dejado de generar en Canarias por las trabas burocráticas que se aplican a todo proyecto empresarial. En este sentido, en Canarias se suma el más perverso efecto de una moratoria turística: produjo una explosión económica inicial (coincidiendo temporalmente con la burbuja inmobiliaria), que aumentó de forma exponencial la población activa de las Islas para, posteriormente, al ejecutarse todas las licencias aprobadas en el 2007, dejar en el paro continuado a un tercio de esa población activa.
En conclusión, podría ser recomendable para destinos turísticos como Barcelona que, antes de intervenir de forma tan severa en el mercado hotelero a través de una moratoria turística, se informaran de otras experiencias en el ámbito nacional, como el caso de Canarias, pues las consecuencias nefastas que ha tenido la prohibición del crecimiento turístico en Canarias bien podrían sugerirles de abstenerse de semejante intervención.
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«Turismo y fenómenos extraños», Teresa Cárdenes, en diariodeavisos.com, 02.08.2015.
«Crecimiento turístico y moratorias», de Noemi Padrón-Fumero, Carmen Álvarez Albelo y Raúl Hernández Martín, en elpais.com, 31.07.2015.
«La moratoria de Barcelona frena la apertura de 40 nuevos hoteles», en hosteltur.com, 30.07.2015.
«El pobre recurso de la moratoria», en diariodetarragona.es, 25.07.2015.
“El PP acusa a Fernando Clavijo de provocar confusión y dudas al sector turístico”, en maspalomasahora.com, 13.07.2015.
“Clavijo aboga por limitar el número de turistas en Canarias”, en laprovincia.es, 13.07.2015 .
“La patronal turística FEHT espera que Clavijo no pretenda “parar de nuevo””, en laprovincia.es, 13.07.2015.
“Fuerteventura cree que limitar el número de turistas “está fuera de lugar”“, en laprovincia.es, 13.07.2015.
“Moratoria turística de Barcelona: primeras reacciones de inversores y hoteleros”, hosteltur.com, 14.07.2015.
“Baleares no descarta abrir el debate sobre la moratoria en la llegada de turistas”, en hosteltur.com, 13.07.2015.
“El Presidente de Canarias: Hay que limitar el número de turistas”, en elpais.com, 11.07.2015.
“Canarias también limitará el número de turistas”, en 02b.com, 12.07.2015.
“Exceltur alerta de que generar inseguridad con la moratoria hotelera es un tremendo error”, eldiario.es, 11.07.2015.
“La patronal turística acusa a Colau de convertir Barcelona en destino proscrito”, en abc.es, 11.07.2015.
“La Torre Agbar se apagará el 1 de agosto”, en entornointeligente.com, 10.07.2015.
“Ada Colau: He recibido presiones empresariales para levantar la moratoria”, en 02b.com, 11.07.2015.
“El sector turístico se lo deja claro a Ada Colau: la moratoria frena la inversión”, periodistadigital.com, 11.07.2015.
“Los 25 hoteles en trámite que quedan congelados en Barcelona”, lavanguardia.com, 07.07.2015.
“Los hoteles de lujo se frotan las manos con la moratoria Colau”, en 02b.com, 06.07.2015.
«Colau suspende la concesión de licencias turísticas en Barcelona», en elpais.com, 03.07.2015.
“Una moratoria turística arbitraria en Barcelona”, en el Blog de Fernando Gallardo, 04.07.2015.
“Ada Colau: Desobedeceremos las leyes que nos parezcan injustas”, en elpais.com, 01.06.2015.
“Clavijo propone cerrar la Cotmac y repensar la moratoria”, en eldia.es, 17.12.2014.
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