Gran Canaria, ¿destino de 5 estrellas gran lujo?
Últimamente se habla mucho de la categoría hotelera de cinco estrellas gran lujo (5GL) por ser la única excepción a la prohibición de construir nuevos hoteles (moratoria) en su segunda versión actual, prorrogada hasta final de año. En diciembre se aprobará la tercera moratoria, que, según el anteproyecto, volverá a limitar la excepción tan sólo a hoteles de la categoría 5GL.
La categoría de gran lujo vacacional se suele confundir con las cinco estrellas, pero hay notables diferencias. Dentro de las cinco estrellas “normales” encontramos establecimientos con niveles de servicios y capacidades de camas muy dispares, mientras que los hoteles de cinco estrellas de gran lujo disponen de unos servicios mínimos de muy alto nivel con una capacidad que no suele superar las 150 habitaciones. Como consecuencia, en la categoría “5 estrellas normal” encontramos precios medios que pueden oscilar aprox. entre los 50 y los 200 euros (precio por persona y día en habitación doble con media pensión), mientras que el precio del 5GL suele ser superior a los 200€. Al cliente de 5GL, también llamado turista de alto standing, se le atribuye un gasto medio diario entre hotel, restauración, golf, etc. de hasta 400€. Además, este cliente se diferencia del resto de la categoría de 5 estrellas por una mayor demanda por la reserva de la primera clase en vuelos regulares. Un ejemplo de ello lo pudimos ver en el 2008 con la retirada de Gran Canaria del touroperador británico de élite Cadogan al dejar de operar British Airways con este destino canario.
Asimismo, el cliente de 5GL necesita un entorno acorde a las instalaciones de su hotel. Un claro ejemplo de ello lo hemos podido ver durante los últimos meses en las demandas al Ayuntamiento de mejorar el estado del Palmeral de Maspalomas por parte del único hotel de 5GL que existe en Gran Canaria, el Residencia (que linda directamente con el Palmeral). Otra demanda ha sido la posibilidad de ofrecer en la playa un servicio exclusivo de hamacas a sus clientes, expectativa que comparte con otros hoteleros de la zona. En vistas de que la rehabilitación del Palmeral no se presume que sea contemplada dentro de los proyectos del Consorcio de Maspalomas, el propietario de dicho hotel propuso que fuese él mismo quien llevara a cabo la renovación del entorno creando un pequeño parque botánico, al igual que se ofreció durante los últimos años para la poda de las palmeras por carecer éstas del debido mantenimiento por parte del Ayuntamiento. Hay que tener en cuenta que, según el empresario, “el Gran Hotel Residencia es el único que está vallado para que los turistas no vean el entorno” (ver post anterior “El cliente de alto standing y la gestión del entorno (1)”).
Cabe recordar en este contexto que la cadena hotelera propietaria del actual y único hotel de 5GL de Gran Canaria dispone de otra parcela de clasificación turística en Pasito Blanco, para la que mostró varias veces su intención de hacer un segundo hotel de gran lujo, aunque se lo está replanteado, según las palabras del empresario:
“Tengo miedo de que los buenos clientes no sigan viniendo a Gran Canaria y por eso me estoy planteando invertir en ese hotel en Pasito Blanco. Cuando te reúnes con los operadores más importantes y te dicen que han dejado de ofertar Gran Canaria a turistas de alto standing, que son los que ocuparían ese establecimiento de unas 300 camas, te replanteas la inversión” (Theo Gerlach, entrevista en La Provincia de febrero 2011).
Todo ello viene a apuntar a que Gran Canaria podría no estar cumpliendo algunos condicionantes básicos para el segmento de alto standing. Por un lado, la mayoría de las conexiones regulares han sido retiradas a favor del bajo coste y del chárter y, por otro lado, los entornos de los establecimientos hoteleros no se corresponden con un estándar de gran lujo. El Consorcio ha limitado sus intervenciones en los pasados tres años a simples labores de mantenimiento (cambios de hamacas, ajardinamientos aislados,..) y los proyectos pendientes hasta su extinción en diciembre del 2013 se limitan nuevamente a obras ordinarias de mantenimiento y no incluyen ninguna rehabilitación de infraestructuras importantes.
Con estos condicionantes es muy improbable que se produzca una sola inversión en un objeto de gran lujo en Gran Canaria. El volver a definir la categoría de 5GL como única excepción de la moratoria pone de manifiesto graves errores de los legisladores en las siguientes cuestiones:
1) Errónea percepción del concepto “calidad”: El término “calidad” no debe ser confundido simplemente con “muy alto poder adquisitivo” o “cinco estrellas de gran lujo”, sino en su sentido tradicional de “acorde a las exigencias del segmento al que va dirigida la oferta”. Es decir, que todas las categorías hoteleras y extrahoteleras podrían ser de calidad si cumpliesen con las expectativas de su clientela. Es más, podría haber hoteles de 1 y 2 estrellas de mucha calidad y hoteles de 5 estrellas de muy baja calidad (ver post «El turismo de calidad»). Gran Canaria hasta el año 2000 tenía una estructura al 70% extrahotelera, más del 80% de sus camas eran extrahoteleras de 1-2 llaves u hoteleras de 1-3 estrellas, y, sin embargo, nadie hasta entonces calificaba al destino de “baja calidad”. Sin duda, el legislador debería replantear su concepción de calidad. ¿Por qué no se podría hablar de “calidad” en el caso de un nuevo hotel de 4 estrellas con los mejores estándares de calidad del mercado (exactamente lo que está pidiendo la demanda)?
2) Desconocimiento del segmento de alto standing: La estructura alojativa de Gran Canaria sigue siendo en la actualidad principalmente extrahotelera (60%) y aprox. dos tercios de la actual oferta alojativa es igual o inferior a dos estrellas extrahoteleras o tres estrellas hoteleras. Lógicamente, la mayoría de la oferta complementaria está adaptada a estos “segmentos medios”. Es muy difícil abrir un destino con esta estructura de clientes al segmento de gran lujo sólo a base de permitir los hoteles de 5GL sin acompañar este permiso de una estrategia más amplia de captación del segmento de alto standing, como podrían ser mejoras en el entorno, permisos para servicios exclusivos y ampliación de conexiones de vuelos regulares.
3) Desconocimiento de la estructura del mercado turístico: ¿Existe realmente una demanda por Gran Canaria del segmento de alto standing? Si fuese así, ¿ese segmento sería tan grande como para garantizar la demanda para varios nuevos hoteles de 5GL? ¿Hay realmente tantos clientes con potencial de un gasto diario de 400€ al día? Lo cierto es que lo que está demandando el cliente para Gran Canaria son hoteles de 4 y 5 estrellas, y no de 5 gran lujo, como ha sido constatado en varias ocasiones en la pasada temporada de invierno por el Consejero de Turismo del Cabildo de Gran Canaria. Quizás antes de definir condicionantes de este tipo e intervenir en la política de producto empresarial, el legislador debería estudiar el comportamiento y las tendencias del mercado turístico.
4) Desconocimiento de la definición del producto hotelero:
No se puede edificar un hotel 5GL en cualquier sitio, y mucho menos en medio de un núcleo turístico maduro rodeado de camas obsoletas e infraestructuras envejecidas. La ubicación es un factor fundamental para un hotel nuevo. No en vano, la ubicación ya forma parte de la definición de las marcas hoteleras de los touroperadores. Como ejemplo, las marcas hoteleras Best Family, Puravida y Sensimar de TUI (categorías 4 y 5 estrellas) llevan en su definición conceptual la obligatoriedad de la primera línea de playa (el Best Family en Gran Canaria es una excepción). Toda la nueva y moderna planta hotelera de Turquía, surgida en la última década, está situada en primera línea de playa (ante todo en los destinos Lara y Belek) con acceso directo a la playa, hamacas del hotel y un chiringuito en la misma playa (con bebidas incluidas en el ultra-all-inclusive). Esta constelación internacional prácticamente obliga a un nuevo establecimiento de gran lujo a disponer de la primera línea. Sin embargo, Gran Canaria dispone de una oferta de suelo casi inexistente en la actualidad para este fin. Ello dificulta aún más la aparición de una inversión de gran lujo en Gran Canaria.
En definitiva, la nueva apuesta por la categoría de cinco estrellas gran lujo como única excepción de la moratoria peca una vez más de ingenuidad. El pretender justificar la excepción a la construcción de hoteles con una concepción de calidad entendida como turismo de alto standing no se corresponde con la estructura alojativa actual, el entorno y otras actuaciones que dificultan precisamente la captación de dicho cliente (no rehabilitación de infraestructuras, potenciar las líneas de bajo coste,..). No se ha producido ninguna inversión de 5GL durante la vigencia de la segunda moratoria (2009-2012) y es de prever que tampoco se producirá ninguna inversión de dicho tipo durante la vigencia de la tercera moratoria (2013-2015).
Noticias y artículos relacionados:
”Gerlach propone un botánico en el palmeral de Maspalomas”, en La Provincia, 08.06.12.
”El alcalde rechaza zonas de hamacas exclusivas para hoteles”, en La Provincia, 11.06.12.
Artículos relacionados en este blog:
”El turista de alto standing y la gestión del entorno (1)”, 14 de febrero 2011.
”El turista de alto standing y la gestión del entorno (2)”, 18 de febrero 2011.
”El turismo de calidad (1)”, 4 de octubre 2010.
”El turismo de calidad (2)”, 5 de octubre 2010.
Felicidades Antonio, mejor no comentar nada o tendremos reserva en el 5GL de Juan Grande!!
Un abrazo.
Donde estas Macías, hace años que no te veo
Saludos
Nunca en tan pocas palabras, se dijeron tantas verdades. Felicidades por tus escritos y que tus ansias por conseguir el bien para nuestro destino turístico no cesen nunca.